-¿Qué va a ser?
-Lo de siempre
-Pero si cada día pide ud. una cosa diferente.
-Estoy confuso, son días raros. Y además, a mí
lo que me interesa es la tapa. Y ayer no me pusiste.
-Yo le trato de ud. y ud. me trata de tú, sea
justo por favor.
-No cambies de tema. Ayer el mundo se derrumbaba
y el sol y sombra no estaba bien acompañado. Chico, eso ni en África.
- Aquí se viene a beber. Lo de la tapa es
cortesía. Y ayer no era el día adecuado.
-No sólo fue ayer. Llevo la cuenta. Cada tres
copas, me pones una tapa. Con lo que te has ahorrado conmigo podías poner un
comedor social.
-¿Y para qué? ¿Cree ud. que a la gente lo que le
interesa es comer?. Le creía más inteligente. Mire, se lo voy a explicar.
-(Dígame)
El camarero ha parado de colocar las tazas de
café sobre el mostrador. Están simétricamente alineadas. Recuesta sus codos
sobre la barra, mira a un lado y a otro y se dispone a hablar.
-No haga eso.
-¿El qué?
-Poner los codos sobre la barra. Da mala imagen.
Y ud. está trabajando.
-¿Ahora me trata de ud.?
(El camarero contrariado se da la vuelta y
comienza a limpiar la máquina del café)
- Hay que mantener la distancia. La simetría. Yo
le vigilo y sé que a veces no responde a los clientes para que la barra siga
impoluta.
-Eso se lo inventa ud. Yo soy un camarero
normal, en un país normal, y de un equipo normal. Hago mi trabajo.
-Tu trabajo consiste en mantener el orden, entre
otras cosas. Pero sabes que cuando los clientes apremian, el orden se viene
abajo. Y por eso tienes que tener todo bien ritualizado, si no, sería
imposible. No puedes pensar cada paso que das.
-¿Qué es ud. un inspector?
-Exacto. Y le vengo observando desde hace
tiempo. No sigue las pautas. Su simetría es aparente, pero cuando la rompe para
servir al cliente, su trabajo es confuso, sin ritmo y se olvida muchas veces de
lo fundamental. Y ahora le trato de ud. porque necesito de una distancia, necesito
abrir un espacio jerárquico. Y ud. me debe escuchar como escuchan los niños.
(El camarero atiende a un cliente, caña y tapa,
bajo la severa mirada del inspector. Se tropieza ligeramente, exagera sus
movimientos y se muestra como un actor primerizo. El cliente le pregunta por el
partido de ayer)
-Son todos unos sinvergüenzas, yo les bajaba a
la mina para que aprendieran.
(El cliente no dice nada y mira al inspector,
paga en silencio y se marcha)
-Está ud. nervioso y no debería. Esa respuesta
no hubiera pasado ninguno de los filtros de la academia.
-Este era un cliente básico, nivel uno, y en la
academia nos alentaban a utilizar el estereotipo para acortar las
conversaciones y dar la razón a este tipo de clientes que sólo buscan
autoafirmarse.
-Incluso los estereotipos hay que saber
salpicarlos en los lugares adecuados. Le repito que está ud. ofuscado. Este
cliente no era básico, y mucho menos nivel uno. Por la forma de situarse
en el espacio, tal y como estaba sentado en el taburete, mirando hacia ud. y
dejando una línea abierta hacia mí, este cliente quería hablar, ser
escuchado y entablar una conversación con otro parroquiano. Debería haber
profundizado y hacerme partícipe en la conversación. Es posible que tenga
problemas con su esposa (estaba mal afeitado) y quisiera proyectar su angustia
sobre el equipo de sus amores. El único permitido, vamos. El Real Madrid.
(El camarero no sabe qué hacer con las manos ni
con la mirada, se cruza de brazos, finge mirar la televisión)
-No se venga abajo. Las manos siempre en
movimiento. Hábleme de Isco. Finja que soy un cliente nivel cuatro, crítico,
toca cojones, de los que gusta de ser rebatido. Muy español, enamorado de Isco.
Vamos!
-Isco quiere para sí toda la luz del partido. Ya
no enfrenta la claridad como en sus mejores partidos del año pasado. Busca el
aplauso y no confía en nadie, excepto en su propio caracoleo. En defensa es
como aquel Iniesta de la selección. Cuando está fuera de sitio se le nota que
no nació para limpiar las cuadras.
- Tu especialidad era el fútbol, y eso lo
bordas. Pero tienes que tener cuidado con la poética. Sabes que en los bares no
está permitida. El discurso ha estado bien en el fondo pero demasiado cuidado
en la forma. Esto no es una cafetería del centro de la ciudad. Pero ojo, mejor
que te pases de largo que no de corto. Ya tenemos suficientes camareros que se
enrocan en el cliché y no saben salir de ahí.
(El camarero ha recuperado una cierta
compostura, hace como que no escucha en la más pura tradición castiza).
-Ahora soy un cliente nivel dos. Un tío con
gracia, pero avieso. De los vocingleros y que buscan gresca. (El inspector da
dos pasos hacia atrás y comienza el teatrillo). Oye chico, qué le pasó ayer a
tu equipo, eh?. Menos mal que tenéis al portero ese que tan mal os caía, que si
no estabais en casa y con el estadio clausurado por la guardia civil.
(El camarero se queda pensando)
-La respuesta tiene que ser rápida, coño. En un
bar lo fundamental es el clima. Los silencios son muy traicioneros.
-Pasó que os estamos dando carnaza desde el
yate, hombre. Que no todo va a ser coser y cantar.
-Bien, pero con prudencia. No te olvides del ud.
Ahora el hombre anterior, el de nivel cuatro, te pregunta por el partido como
si estuviese dolido. Hazle un resumen.
-No tenemos defensa, ni ataque, ni nada
organizado. Se les fue el santo al cielo, y literalmente, porque Casillas
estuvo terrorífico. Miraba pasar los balones como los viejos otean el horizonte
para descubrir las grúas.
-El Alemán ese del mediocampo, el repeinado,
¿qué hace?
-De nuevo lleva una flecha encima que dice que
es mediapunta. Y tarda la eternidad y un día en darse la vuelta. Los contrarios
nos atacan así de fácil. Ponen a un tipo cuatro pasos detrás de Kroos y a otro
bajo la sombra de Isco, y ya está el lío. Se ponen a triangular y como nuestros
centrocampistas eran académicos de la lengua hasta hace dos días, no saben de
trigonometría, así que los rivales centran con todas las facilidades. Ayer
Huntelaar se ponía donde el otro día el abertzale...
-Bien, pero no saques el tema político; sigue...
-Y colgaba los balones hacia atrás. El que venía
de cara le sacudía a la pelota o cambiaba a la banda de Arbeloa-Khedira, que
son dos paisanos a los que les cruje la estructura. Y así todo.
-Concreta más. Este cliente no quiere que le des
la razón. Quiere nombres.
-Mira, Coentrao me gustó un poquito en ataque.
Iba con el viento de cara y corría hacia la portería contraria. Tal y como
están las cosas en el madrid, es un triunfo. El segundo gol de Cristiano fue
precioso. Por primera vez en semanas el madrid cuajó un movimiento armónico en
ataque. El desmarque de Cristiano fue dibujado por un genio. Y el gol sonó a
obra acabada.
-Ahora te has ganado a la concurrencia, pero debes dar
más tralla. Más nombres. Más juicios sumarísimos. Más frases fuertes para que
los hombres las memoricen y se las suelten a sus pares en el trabajo.
-A Kroos, Varane e Isco sólo le falta tirarle
rosas a los delanteros. Llega un momento en que el Madrid se queda totalmente
parado. Es algo fascinante.
-Ese adjetivo no es para los bares. Olvídalo.
-Si en el fútbol se te ha ido el juego tienes
que tirar de físico, de carácter y de táctica. Resistir y ya se verá. El madrid
no tiene intensidad, y los cojones sólo los ponen Pepe y Cristiano, que hizo
una primera parte donde elevó cada confusión del equipo a la categoría de
jugada. Sin él, la mancha negra se hubiera apoderado de todo el equipo.
-Y ahora te pregunto yo...¿porqué se veía tanto
espacio en la televisión?
-Mire, sin ritmo (sin juego), todo es espacio en
el fútbol. El campo es muy grande y lo empiezas a notar. Y entre los
intersticios se cuela un ejército. De hecho, cuando volvió Modric, las piezas
se juntaron de nuevo y el madrid recuperó su orden suave, su juego fluido,
incluso Bale se dijo a sí mismo que debía hacerse notar. Pero luego, después
del gol, le cayó al equipo un manto de escarcha y todos se quedaron parados.
Como delante del monstruo o del que te da la mala noticia. Y otra vez estaban
ahí los espacios y los jugadores rivales cosidos entre ellos.
-Fin de ciclo!! (el inspector se ríe por primera
vez en la obra)
-O quizás, el fin de una civilización. Puede que
haya que clausurar zonas enteras que han sido corroídas por la oscuridad. O por
el exceso de luz, vaya ud. a saber.
-Ojo con la poesía, le he dicho. Diga que le
debo.
Real Madrid, 3-Schalke 04, 4
Real Madrid: Casillas; Arbeloa (Nacho, min.82),
Pepe, Varane, Coentrao (Marcelo, min.58); Kroos, Khedira (Modric, min.58),
Isco; Bale, Benzema y Cristiano.
Schalke 04: Wellenreuther; Howedes, Matip, Nastasic,
Fuchs, Barnetta (Uchida, min.80);